Cataluña es una de las regiones mas pobladas dentro del territorio español. Con mas de 7.508.563,63 de habitantes la convierte en una region en donde la metropolis y lo rural comparten territorio en una region que se subdivide en más de 948 municipios. Es por ello que Cataluña sigue siendo hasta el dia de hoy, un important centro turistico tanto por sus ciudades grandes como por sus pequeños pueblos.

Hemos conocido hasta la saciedad ciudades como Barcelona, Gerona o Lérida. Ciudades grandes con mucho entretenimiento citadino para todas aquellas personas que decidan visitar este pequeño pais Europeo. Sin embargo en los ultimos años, Cataluña se ha caracterizado por su gran expansion de pueblos rurales dentro de la region. Convirtiendo a estos pequeños pueblos un centro turistico importante dentro de la region.

En la seccion de hoy, hablaremos de algunos pueblos que se pueden visitar dentro de la region de Cataluña. Estos pueblos tienen sus tradiciones, sus culturas, su gastronomia y una forma de ver la diversion dentro del campo desde otro punto de vista. Sin mas que decir: comencemos.

Vielha

Vielha es una pequeña ciudad de unos 4000 habitantes y situada a 974 metros que constituye la capital del Valle de Arán. Enclavada en el Mijarán o Medio Arán.

Posee monumentos tan interesantes como su iglesia de San Miguel en el centro de la villa donde se encuentra el Cristo de Mijarán de época medieval, también en Vielha podemos visitar el Museo Etnológico Aranés, el Porticado Ayuntamiento, la Casa Palaciega Co de Rodes, el Museo de la Lana y la Torre del General Martinón del siglo XVII con ventanas renacentistas.

Pero lo que predomina en Vielha es la modernidad pues es una ciudad que vive por y para el turismo. Además de poseer hoteles de variados precios para todo tipo de bolsillo turístico, abundan en ella todo tipo de restaurantes,casas de comidas, tiendas deportivas agencias de viajes en 4×4 y de turismo de aventura, otras agencias de viajes para recorrer zonas cercanas con sus mini-autobuses, además del que continuamente recorre el valle parando en todos los pueblos y lugares habitados desde la estación de esquí de baqueira en el Alto Arán, hasta Pont del Rey en la frontera francesa y punto mas bajo del Valle de Arán.

En fin toda clase de servicios y de actividades incluso culturales para el turista, tanto estival y de montaña, hasta el practicante de los deportes de nieve.

Sitges

Si buscas un lugar donde relajarte y a la vez divertirte, Sitges es el sitio indicado. Puedes pasar un agradable día en sus playas con vistas a la famosa Iglesia de Sant Bartomeu, pasear por sus calles pintorescas y llenas de encanto, visitar sus rincones más románticos como el conocido “racó de la calma”, adentrarte en la parte antigua y disfrutar con su cuidada y blanca arquitectura, sentarte en un banco y observar el mar, caminar tranquilamente por el paseo marítimo hasta llegar al conocido “Port d’Aiguadolç” donde podrás descansar mientras te tomas algo en sus resaurantes más “fashion”.

Y si lo que quieres es divertirte no dejes de pasar por la conocida “calle del pecado” llena de pubs con muchísimo ambiente y animación pero si lo que buscas es bailar a lo grande pásate por la discoteca “Atlántida” o “Pachá”.

Fonteta

Fonteta es un pueblo pequeñito y tranquilo del baix emporda, situado a 1,4km de la Bisbal d’emporda. Esta poblacio respira tranquilidad, puedes passear cómodamente por sus calles estrechas con todas sus casas de piedra y comprobar la amabilidad de sus habitantes. El pueblo es conocido por “el recuit de fonteta” un postre tipo requeson elaborado artesanalmente, respetando la receta tradicional del pueblo. Se puede adquirir este postre a muy buen precio.

Tortosa

Tortosa, que fuera ‘Turtuxa’, taifa musulmana del 1035 al 1148, es una preciosa ciudad rodeada del esplendor silencioso y perfumado de miles de hectáreas agrícolas. La antigua villa está enclavada en un sitio estratégico, dominando sus tierras fértiles y la desembocadura del Ebro, el río más caudaloso de España.

A pesar de haber sido prácticamente destruida durante la Guerra Civil, el casco antiguo de Tortosa resulta bello y sugestivo, lleno de edificios de los más variados estilos bajo la sombra poderosa del milenario castillo árabe de la Zuda. La magnífica Catedral de Santa María, consagrada. A mediados del 1500, el Convento de Santa Clara, fundado en 1283 y la original Lonja son góticos, mientras que aquí y allá sorprenden huellas árabes y renacentistas entre espectaculares edificios y palacios modernistas.

Besalú

Cualquier mañana de sábado y domingo es fiesta en Besalú. La antigua capital de la Cataluña condal se despierta temprano, se mira color miel en las aguas verdosas de sus dos ríos y espera a sus visitas. Los turistas comienzan a llegar, y siempre caen rendidos a sus pies. La villa sabe que su halo de siglos es tan fuerte como un sortilegio. Que todos quedan envueltos en él sin remedio.

Uno siente su embrujo ni bien se le acerca por el largo puente románico del siglo XI. Cercada por el Fluviá, Besalú muestra desde allí su mejor perfil medieval. Una vez dentro de la villa, las callejuelas intrincadas y oscuras del ‘call’ o barrio de la judería, parecen, desde las sombras, destilar misteriosos secretos.

Pero luego el sol se cuela entre las torres y dispersa a los fantasmas. Llenas de luz resplandecen la iglesia románica de Sant Vincenç, la preciosa calle Tallaferro y la animada plaza Mayor. Merece detenerse a tomar un café o una copa en cualquiera de sus bares y, luego visitar la Curia Reial, singular edificio con toques góticos, el Miqvè, los asombrosos baños judíos subterráneos, y las casas-palacio de Sant Romà y de Sa Font.

Durante el fin de semana seguramente te recibirá con alguna muestra, feria o mercadillo al mejor estilo medieval.

Baga

La pequeña villa de Bagà es una de esas joyas escondidas de la provincia de Barcelona que tienes la suerte de encontrar de golpe, sin que nadie te lo recomiende y sientes que has llegado a un lugar donde el tiempo se paró hace muchos años.

Barcelona no es solo la gran ciudad, sino todo un conjunto de bellos pueblos que se reparten por las diferentes comarcas que configuran la provincia. Me encanta coger el coche y perderme haciendo rutas por esta maravillosa provincia que retiene un potente carácter medieval, histórico, cultural, gastronòmico y festivo.

Cuando uno llega a Bagà no espera encontrarse con la belleza de sus retorcidas y mediavales calles, ni con el encanto perdido de sus palacios de dura piedra, ni con la belleza de sus alrededores, ya que nos encontramos en las puertas de uno de los parques naturales más espectaculares e importantes de Cataluña: El Cadí-Moixeró.

Un lugar lleno de historias, de leyendas, de piedras que nos hablan de un pasado intenso, de barones y doncellas, de fiestas mediavales, de naturaleza, de tranquilad y sosiego. Es una delicia callejear, subir, bajar, adentrarse en el casco medieval y dejarse llevar por el peso de la historia.

EmpuriaBrava

Empuriabrava llamada antiguamenta Ampuriabrava es una ciudad nueva, moderna y edificada con el gusto y lujo de sus residentes.Situada al norte del Golfo de Rosas, rodeada por el Parque Natural de Las Marismas del Ampurdán, junto al Mar Mediterráneo y surcada por numerosos canales desde donde se accede a los edificios residenciales a través de las embarcaciones, esta gran urbanización es la mayor Marina Residencial de Europa y con sus casi 25 kilómetros de canales y cerca de 8000 habitantes está marcada por el ocio y la diversión.

Perderse por su casco urbano observando la animación que reina en el lugar da idea del por que tanto Europeo y extranjero han elegido la Costa Brava como lugar de reposo, veraneo e incluso residencia habitual.

Palabras Finales

Dentro de las palabras finales, se puede decir que los diferentes pueblos de Cataluña mostrados con anterioridad dan fe de una vida rural entretenida, interesante, florida y muy vibrante en comparacion con las metropolis que tanto hemos conocido.

Estos pueblos tienen diferentes encantos que pueden entretener a mas de una persona, a mas de un amigo y a a mas de un familiar si estan dispuestos a ofrecer la oportunidad de dejarse llevar por los miles de formas de entretenimiento que ofrece los pueblos pequeños.